Enfermedades Diarreicas









LA DIARREA

del
griego antiguo διάρροια (diárrhoia), es decir, διά (dia) «a través»" y ῥέω (rhein) «corriente o flujo»—es una alteración de las heces en cuanto a volumen, fluidez o frecuencia en relación anormal a la fisiológica, lo cual conlleva una baja absorción de líquidos y nutrientes, pudiendo estar acompañada de dolor, fiebre, náuseas, vómito, debilidad o pérdida del apetito. Además de la gran perdida de agua que supone las evacuaciones diarréicas, los pacientes, por lo general niños, pierden cantidades peligrosas de sales importantes, electrolitos y otros nutrientes. De acuerdo con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diarrea es una de las principales causas de muerte en los países del Tercer Mundo, intimamente asociada a la deshidratación.


ESTADISTICA:


La diarrea afecta a todas las razas, sexos, edades y regiones geográficas del mundo. El agua y el saneamiento tienen un papel crucial en la transmisión de las enfermedades diarreicas. Estos factores ambientales contribuyen aproximadamente al 94% de los 4.000 millones de casos de diarrea que la OMS calcula tienen lugar anualmente en el mundo. Los niños menores de 5 años en los países en desarrollo son los más afectados y representan la mayoría de los 1.500 millones de muertes anuales por causa de diarrea. En América Latina y el Caribe aproximadamente 77.600 niños menores de 5 años mueren cada año de diarrea y las consecuencias de la misma, lo que significa más de 200 muertes diarias. Si bien 16 de los 33 países en dicha región están en buen camino para lograr los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas respecto a saneamiento y agua limpia, tienen todavía que cubrir las necesidades de saneamiento de 8,4 millones de personas, y en el caso del agua potable de 6,1 millones. (Septiembre 2007, datos de la Population Reference Bureau en EE.UU.





DEFINICON:





La definición médica de la diarrea implica más de tres deposiciones al día o el aumento de la cantidad de heces a más de 200
g / 24 h en sujetos adultos.El paciente lo percibe como una disminución en la consistencia de las heces que causa urgencia y/o molestia abdominal. Este deseo de evacuar, a menudo incontrolable, suele ser el único o principal problema, acompañado con mucha frecuencia de cólicos y,, dependiendo de la etiología, puede acompañarse de moco, pus o sangre en las heces. Se considera diarrea aguda si la duración es menor a 2-4 semanas y diarrea crónica cuando el cuadro se extiende más de cuatro semanas (rara vez infecciosa).





Según el mecanismo de producción, la diarrea puede clasificarse de la siguiente manera:





Diarrea osmótica
Se caracteriza por un aumento del componente no absorbible en el tubo digestivo debido a una inadecuada absorción de las sustancias nutritivas presentes en la luz intestina. Como consecuencia, los líquidos tampoco se reabsorben, y permanecen en la luz intestinal. Se ve principalmente en síndromes de malabsorción, por ejemplo, la
enfermedad celiaca o en trastornos pancreáticos, en los que la secreción de enzimas digestivas está alterada. Otra causa posible es la utilización de laxantes osmóticos (que actúan aliviando el estreñimiento reteniendo agua en el intestino).
En individuos sanos, demasiado
magnesio o vitamina C o lactosa no digerida pueden producir diarrea osmótica. Una persona con intolerancia a la lactosa puede tener problemas digestivos si consume una cantidad elevada de productos lácteos, debido a que la lactosa no absorbida permanece en el intestino. Ello produce un aumento de la retención de líquidos y de la producción de gases, causando una diarrea osmótica. Efectos similares pueden observarse en personas con malabsorción de fructosa. Alcoholes azucarados como el sorbitol (presentes a menudo en alimentos sin azúcar) se absorben con dificultad y pueden producir una diarrea osmótica.[Es también una diarrea ácida que produce como consecuencia un marcado eritema perianal.
Ciertos alimentos, como algunas
frutas, frijoles y matinales usados como sustitutos del azúcar en algunos regímenes dietéticos, dulces y goma de mascar pueden causar diarrea osmótica.
Varios hechos caracterizan clínicamente a la diarrea osmótica:[
desaparece con el ayuno del paciente o con la interrupción de la ingesta del soluto poco absorbible;
se observa un gradiente osmótico en las heces: la
osmolaridad fecal es muy alta respecto al plasma (en condiciones normales es isotónica, es decir, igual que la del plasma);
Principalmente el
sodio fecal suele ser <60>deshidratación con alto contenido en sodio en el plasma;
es autolimitada y de corta duración, cesando tan pronto como se deje de ingerir productos osmóticos.


Diarrea secretora
Se produce un aumento de la secreción de electrolitos (especialmente sodio y cloro) hacia la luz intestinal arrastrando consigo agua, debido a una alteración en el transporte de agua y de
iones a través del epitelio del intestino.[7] En la mayoría de los casos predomina una disminución de la absorción, pero a veces se observa un aumento inadecuado en la secreción de líquidos hacia la luz intestinal. En este caso, se suele hablar de "diarrea acuosa".[9] El primer objetivo del tratamiento es la corrección de la deshidratación, para lo cual se administran líquidos por vía preferentemente oral o intravenosa para reponer los que se pierden con la diarrea.
En la diarrea secretora, se observan las siguientes características:
[1]
como la diarrea se debe a un trastorno del transporte de iones, no existe respuesta (o muy pequeña) al ayuno: no se disminuye el volumen fecal, ni se aumenta en caso de ingesta;
el gradiente osmótico entre la osmolaridad de las heces y el plasma es muy pequeño;
el
sodio fecal suele ser >60 mOsm; aproximadamente igual que la plasmática;
la pérdida de sodio es mayor que la de
potasio;
las heces suelen ser voluminosas, más de 1 litro / 24 h.
el
pH fecal suele ser neutro
la pérdida concomitante de
bicarbonato causa una acidosis metabólica.
Sin embargo, algunas diarreas secretoras, como las debidas a malabsorción de ácidos grasos o consumo de laxantes, como el
aceite de ricino y los ácidos biliares, pueden ceder con el ayuno.
Causada por un agente infeccioso
Es el tipo más frecuente. La etiología del 70% de los casos de diarrea infecciosa es la viral.
[4] Todos los años, las causas principales de gastroenteritis infantil son los Rotavirus, causantes de 600.000-800.000 muertes en todo el mundo. El virus infecta los enterocitos del intestino, disminuye la actividad de las enzimas que digieren los azúcares, y disminuye la reabsorción del ión Na+ y del agua en el intestino. Además producen activación del sistema nervioso entérico y la secreción de iones Cl-. Todo ello produce un exceso de fluidos en la luz intestinal, que tiene como consecuencia una diarrea acuosa. Otros agentes etiológicos virales son los Norovirus, que ejercen una acción directa sobre la actividad de las enzimas de los enterocitos.
Causada por un tumor
Existe también la posibilidad de un tumor productor de
péptido intestinal vasoactivo (VIP) o vipoma, un tipo de cáncer poco frecuente,[10] así como el carcinoide y el gastrinoma ocasionalmente también causan diarrea secretora.[7]
Diarrea debida a motilidad intestinal
Se produce por un aumento de la motilidad intestinal (hipermotilidad).
[7] Si el alimento se mueve demasiado rápido a través del intestino, no hay tiempo suficiente para la absorción de los nutrientes y el agua. Se observa por ejemplo en el síndrome de colon irritable, después de una cirugía, en el caso de trastornos hormonales (hipertiroidismo),[7] o una neuropatía diabética. También aparece en pacientes a los que se les ha retirado una parte del intestino mediante cirugía. Este tipo de diarrea puede tratarse con agentes que reducen la motilidad intestinal, como la loperamida, un agonista de sustancias opioideas.
Diarrea exudativa
También llamada diarrea inflamatoria, se produce cuando aparece un daño de la mucosa intestinal, incluyendo
inflamación, úlceras o tumefacciones, lo que tiene como consecuencia un aumento de la permeabilidad intestinal: se produce una pérdida pasiva de fluidos ricos en proteínas y una menor capacidad de reabsorber los fluidos perdidos.[7] A menudo aparece debido a enfermedades del tracto gastrointestinal, como el cáncer de colon, colitis ulcerosa, tuberculosis, etc., o en patologías donde no se absorben los ácidos biliares, que entrarán en el colon con un aumento de la afluencia de electrolitos. Se observan características comunes a los otros tres tipos de diarrea. Puede producirse debido a agentes infecciosos (virus, bacterias, parásitos) o problemas autoinmunes como es el caso de la enfermedad de Crohn.


Etiología

En condiciones normales, la absorción intestinal es mayor que la secreción de modo que se favorece a la absorción, con lo que, por lo general, más del 90% del contenido que llega al intestino es absorbido a lo largo del
tracto gastrointestinal.[9] Si se producen cambios en el flujo bidireccional, es decir, si se aumenta la secreción o se disminuye la absorción, el volumen que llega al colon supera su capacidad de reabsorción, con lo que aparece la diarrea.[9]
La diarrea es una condición que puede ser un síntoma de una
lesión, una enfermedad, de una alergia, de la intolerancia a ciertos alimentos (fructosa, lactosa), enfermedades producidas por los alimentos o exceso de vitamina C y es acompañada generalmente de dolor abdominal, y a menudo náusea y vómitos. Hay otras condiciones que implican alguno pero no todos los síntomas de la diarrea, así que la definición médica formal de la diarrea implica la defecación de más de 200 g/día, aunque el peso formal de las heces para determinar un diagnóstico, nunca se determina realmente.
La diarrea también ocurre cuando el
colon no absorbe suficiente fluido. Como parte del proceso de la digestión, los diversos órganos excretan grandes cantidades de agua (entre 8 y 10 litros, en un adulto de 80 kg), que se mezcla con el alimento y los líquidos ingeridos. Así, el alimento digerido es esencialmente líquido antes de alcanzar el colon. El colon absorbe el agua, dejando el material restante como una hez semisólida. Sin embargo, si se daña el colon o se inflama, se inhibe la absorción del agua, resultando en heces acuosas.
La diarrea es comúnmente causada por infecciones virales pero también a menudo es el resultado de
toxinas bacterianas. En condiciones sanitarias y con el alimento en buen estado y agua potable, los pacientes se recuperan de esas infecciones virales en algunos días o a lo sumo, en una semana. Sin embargo, a individuos mal alimentados o que viven en condiciones de poca higiene la diarrea puede conducirlos a una deshidratación grave y puede llegar a ser peligrosa para la vida si no se trata a tiempo.
Diarrea aguda
Se puede definir como la diarrea que dura un máximo de 4 semanas;
[4] también se denomina gastroenteritis. Casi siempre se considera contagiosa, aunque sólo son contagiosas las diarreas de origen infeccioso. A menudo, lo que se hace es tranquilizar al paciente, asegurarse de que recibe cantidades adecuadas de fluido, y esperar a ver su evolución. En casos más graves, o donde es importante encontrar la causa de la enfermedad, se requerirá un cultivo de heces.
Los organismos más comunes encontrados dentro de dichos cultivos, son el
Campylobacter (un organismo de origen animal), la Salmonella (también de origen animal), la Criptosporidiosis (origen animal) y la Giardia lamblia (que vive en el agua potable). La comida en descomposición esta asociada con infecciones de Salmonella. La Shigella (causante de disentería) es menos común, y generalmente de origen humano. El cólera es raro en los países occidentales. Es más común en viajeros y se relaciona generalmente con el agua contaminada: su última fuente es probablemente el agua de mar.
La
Escherichia coli es probablemente una causa muy común de la diarrea, especialmente en viajeros, pero puede ser difícil detectar con la tecnología actual. Los tipos de E. coli varían de región a región y de país a país. Los virus, particularmente los rotavirus, son comunes en niños (la diarrea viral se diagnostica mal, casi siempre por personas ajenas a la práctica médica). El virus de Norwalk es raro.
Los alimentos en descomposición, o con toxinas o venenos pueden causar diarrea. Entre estas toxinas está la del
estafilococo (a menudo encontrada en productos lácteos que han estado en contacto con alguna herida infectada de las personas que han intervenido en su elaboración), y el bacilo cirio (por ejemplo, el arroz en los restaurantes chinos).
Los
parásitos y los gusanos pueden causar diarrea pero casi siempre van acompañados de síntomas como pérdida del peso, irritabilidad, erupciones en la piel o comezón anal. El más común es la lombriz intestinal (se trata más bien de un fastidio que de una enfermedad médica grave). Otros gusanos, tales como la causante de anquilostomiasis, la Ascaris, y la solitaria son más significativas médicamente y pueden causar pérdida de peso, anemia, malestar general y problemas de alergia. La disentería amébica debido a la Entamoeba histolytica es una causa importante de diarrea sangrante en viajeros y también, a veces, en países occidentales, y requiere un tratamiento médico apropiado y completo.


PREVENCION


Lavar las manos antes de ingerir los alimentos.
Lavar las manos al salir del baño.
Lavar con agua hervida el pecho, antes de alimentar al lactante.
Hacer hervir el agua durante 10 minutos antes de consumir.
Exigir a la correspondiente entidad gubernamental, en el caso de no presentar las condiciones sanitarias adecuadas, el derecho de contar con un suministro de agua potable y el alcantarillado correspondiente. En el caso de ser negado tal derecho, como es el caso de muchos pueblos,seguir denunciando hasta que logren que les presten atención.